En el devenir histórico y por caprichos de la historia surge las figuras de dos indómitos personajes de la historia cuyos hechos se vieron inter cruzados uno aguerrido y hábil jinete y estratega militar que la historia reconoce con el nombre de Atila y el otro un soldado salido de las aguerridas filas del ejército romano pueblo acostumbrado por tradición a dar líderes militares nos referimos a Flavio Aecio rudo general romano que derroto a Atila en los campos cataláunicos .
Hasta finales del siglo IV, los romanos no tenían conocimiento de los hunos. Los romanos solían tachar de bárbaros a todos aquellos que no sabían escribir, pero sus descripciones a cerca de los hunos iban más allá: decían que eran muy sucios, desprendían un fuerte y desagradable olor, comían carne cruda y "vivían" sobre sus caballos. Bajo esta figura surge una de las figuras más notables del pueblo Huno Atila quien era Atila, El padre de Atila murió y sus tíos se hicieron cargo de él y de su hermano mayor Bleda, preparándolos para que fueran grandes guerreros. Atila era el predilecto de su tío Rugas
En esta época, el Imperio Romano estaba dividido en 2, Imperio Romano de Occidente (capital en Roma) e Imperio Romano de Oriente (capital en Constantinopla), que era más poderoso.
Los romanos necesitaban rehenes para sus ejércitos y así poder hacer frente a las invasiones que estaban penetrando en el Imperio, sobre todo de Occidente.
Era signo de simpatía y aceptación en esta época intercambiar rehenes entre los romanos y los bárbaros que irrumpían en la zona. En uno de estos intercambios, Atila fue enviado a Roma.
Por aquel entonces, los hunos ya iban adquiriendo fama de buenos guerreros y los romanos mandaron un espía a la tribu de rehenes hunos para aprender sus tácticas.
Era Flavio Aecio, que en poco tiempo se hizo gran amigo de Atila.
Estaban siempre juntos, hasta que en el 420 Atila volvió a su lugar de origen. En esos años, Atila aprendió el modo de vida romano, pero nunca fue de su agrado. Juró que volvería, pero esta vez para conquistarla.
La progresión de Atila fue muy rápida
Antes de tener 20 años, ya estaba al mando del ejército huno.
Entre los 20 y los 30 años, ya participaba en todas las afrentas.
Con 32 años, fue 2 veces a Italia, pero no a conquistarla, fue a socorrer a su amigo Aecio. Gracias al apoyo de Atila, Aecio consiguió hacerse con el título de caudillo. Los enemigos de Aecio se convirtieron en los enemigos de Atila.
En el 432, ya era la cabeza visible de los hunos, su líder. Los unificó, les dotó de libertad y conformó un ejército muy potente. Los hunos empezaron a ejercer una gran presión en el Imperio Romano.
En el 435 Teodosio, emperador del Imperio Romano de Occidente, firmó un acuerdo con Atila para evitar su enemistad. El rey de los hunos recibía tributos de los 2 Imperios Romanos. La firma de estos acuerdos era una forma de ganar batallas sin violencia y a la vez una deshonra para los romanos.
En el 440, se rompió el acuerdo entre Atila y Teodosio. Los romanos fueron sorprendidos usurpando las tumbas hunas y este hecho fue considerado una pérdida de respeto para Atila. Se libró una cruenta batalla que ganaron los hunos, extendiendo así su influencia y su imperio.
Teodosio era consciente de la superioridad que tenían en este momento los hunos, y quería obtener la paz a toda costa. Por ello, aceptó las altas pretensiones, sobre todo económicas, de Atila.
Entre tanto, Atila participaba en una activa vida social: escuchaba poesía, administraba justicia entre sus ciudadanos...
Se casó con Arika y tuvo 4 hijos. Como hombre supersticioso que era,
adoraba al más pequeño de sus vástagos, Emac, el que según las predicciones, levantaría en imperio huno cuando éste decayera.
Atila compaginaba modestia y poder, no quería comparaciones con Dios, y de hecho lo consideraba como
Ofensa para las tradiciones de los pueblos de las tierras gélidas que gobernaba el líder Huno.
En el 444, murió Bleda, hermano de Atila, por lo que éste se convirtió en el único emperador de los hunos.
Encontró la "Espada de Dios" fortuitamente en un prado.
A mediados del siglo V, tras ganar en otra batalla al Imperio Romano de Oriente, se extendió aún más el imperio huno.
Atila, ante la evidencia de su superioridad, comenzó a subir sus pretensiones a los romanos por el simple placer de ver cuando podía "exprimirlos". Se hizo quisquilloso y exigente.
Honoria, hermana del emperador de Occidente Valentiniano III, escribió una carta a Atila pidiéndole ayuda para librarse de su familia, que la tenía encerrada y la consideraba una deshonra por sus deslices amorosos. Ella a cambio le ofrecía casarse.
Atila habló con Valentiniano III pero éste no quería cederle a su hermana.
Atila también pidió que le fueran devueltos sus rehenes, pero tampoco cedieron.
Ante estas negativas, Atila empezó a pensar en guerra.
Para provocarlos, en el 451 penetró en la Galia y se enfrentó a los visigodos de Teodorico, que estaban instalados allí.
Este terreno era muy deseado por los romanos, por lo que éstos se aliaron con los visigodos para luchar contra el enemigo común (Campus Mauriacus)
Con esta batalla, Atila y su amigo Aecio se enfrentaron.
Orleáns fue la ciudad gala que más resistió el asedio huno, pero finalmente cayó bajo su poder. Aunque allí posteriormente fueron sorprendidos por visigodos y romanos. Los hunos huyeron hacia Troyes, a unos 20 kms. Y allí también se topó en la frontera con la resistencia romano-visigoda.
Esta fue la primera gran derrota de los hunos (Batalla de los Campos Cataláunicos) que por el momento salvó la integridad del Imperio de Occidente.
En el 452, en venganza, Atila penetró en Italia. Suponiendo la gran represalia que les esperaba a los romanos, desde Galia propusieron al emperador Valentiniano que trasladara la capital (Roma) y la instituyera en Galia, para mayor seguridad.
Pero el emperador se negó y prefirió resignarse.
Tras la conquista huna en el Norte de Italia y temiendo que la capital fuera tomada en breve, Valentiniano III y Aecio deseaban pactar la paz. Éstos mandaron al Papa León I el Grande a hablar con Atila.
Fue un encuentro muy cordial, en el que Atila aceptó las condiciones y retrocedió, principalmente porque los hunos ya habían conseguido tantas riquezas en sus batallas que ni siquiera podían mover sus carretas ni proporcionar sitio para futuras ganancias.
MUERTE DE ATILA Y FINAL DEL IMPERIO HUNO
Tras el acuerdo con el Papa León I, los hunos volvieron a su lugar de origen, Panonia, y desde allí, Atila planeó con detalle la que sería su próxima conquista: Roma; y su nueva boda con Ilico, una joven y bella germana con la que contrajo matrimonio en el 453.
La mañana siguiente a su noche de bodas, Atila apareció muerto a causa de una hemorragia nasal que lo asfixió.
La muerte de Atila fue un duro golpe para su imperio y motivo de alegría para los romanos.
En día del entierro, los hunos se desgarraron la ropa, construyeron un dique en el río Volga y rodearon al difunto de sus más preciadas pertenencias, de hierro (símbolo de su fuerza), oro y plata (símbolos de las dotes que recibían de sus conquistas)
A pesar de que los hijos de Atila intentaron hacerse con el poder, el imperio huno se descompuso rápidamente y en el 469 ya era sólo un recuerdo.
Por otro lado El vencedor de Atila nos referimos a Flavio Aecio no corrió mejor suerte puesto después de los festines y homenajes el general Romano es hallado muerto .
El entrecruzamiento y destino de estas dos figuras históricas es singular y poco característico por lo finales que estos tuvieron puesto que sus nombre fueron relativamente olvidados por la historia y en su momento sellaron el destino de toda una época turbulenta de la historia universal aunque no llego a ser un cesar brillo en su momento con luz propia.
Flavio Aecio, General romano, m. en el 454. Denominado usualmente como "el último de los romanos". Nacido en Italia, era hijo del magister equitum Gaudencio y de la dama romana Aurelia con quienes se trasladó de pequeño a la provincia de Mesia a la que su padre fue destinado. Los primeros años de aprendizaje los pasó como rehén de Rugila, lo que le permitió conocer el modo de pensar y luchar de los hunos. Sirve a su vez como magister equitum en las Galias durante la jefatura militar de Félix, hasta que en el 433 dC alcanza él mismo dicha magistratura de magister militum.
Precedido por mediocres y efímeros predecesores, Aecio destaca en su cargo por ser capaz de poner orden en un caótico Imperio de Occidente que se tambalea. Protege Italia y detiene la expansión de los bárbaros: frena a los visigodos en la Galia y arrincona a los burgundios en Saboya. Otras decisiones son mal recibidas, pero inevitables, como el reconocimiento del asentamiento vándalo en el norte de África.
Pero su campaña más notable, la que le valdrá para la historia el sobrenombre de "el último romano", será la que dirigirá contra los hunos. Sintiéndose insultado su caudillo Atila por el emperador Valentiniano III ante el rechazo de la petición de mano de su hermana Honoria, se lanza a destruir Roma. Para ello convoca una gran confederación de tribus escitas, sármatas, gépidas, ostrogodas, alanas, que se unen a los hunos en su marcha. Pero Aecio dirigiendo magistralmente, a francos, vándalos, visigodos, y las tropas romanas que quedan logra una gran victoria en los Campos Cataláunicos en el año 451: es la última gran batalla del Imperio de Occidente.
Para desgracia de Aecio, su gran victoria le valdrá el recelo del emperador, que, abrigando sospechas de una hipotética pretensión al trono, ordena matarlo en el 454. Posteriormente la intriga palaciega se vuelve contra el propio Valentiniano, que es asesinado un año después por seguidores de Aecio.
Pero las cosas no quedan allí la figura de Aecio el vencedor de llos hunos trascendió la historia
La muerte de Aecio en manos del emperador valentiniano o Valente III marco el fin de toda una época de gloria romana ya que nadie pudo gobernar a tan vasto imperio y sus gobernantes eran pusilánimes y de poco carácter que fueron presa de la tribus “Barbarás” que asolaron y destruyeron la capital del imperio de los Cesares solo quedo recuerdo de vieja gloria que fue absorbida por la cultura occidental donde el cristianismo crecía a pasos agigantados todo recuerdo de triunfos militares se refugió en los libros de brillantes historiadores que a sus tiempo plasmaron la vetusta gloria romana que todos gozamos .
Especulando un poco que hubiera sucedido si el general Aecio , se hubiera convertido en emperador de RomaLa verdad que sinceramente creo que hubiera terminado igual: asesinado a traición en algún palacio. Estar en Roma gobernando no era lo mismo que estar de un campo de batalla a otro rodeado de soldados totalmente fieles y temerosos de los hunos.
Pero vamos, desde luego creo que hubiera sido infinitamente mejor emperador que Valentiniano III, lo que no era muy difícil. Pero de hecho el título de magister militum que ostentaba (jefe de todos los ejércitos de Roma), suponía que realmente el poder efectivo del Imperio Occidental estaba en sus manos, no en las del títere de emperador. Aunque ésta figura aún tenía demasiado prestigio para los romanos. No en balde la razón de que Aecio fuera asesinado por el emperador era para evitar que lo sustituyera en el trono, cosa que hubiera ocurrido tarde o temprano.
Pero es que Flavius Aetius hijo de un bárbaro romanizado y de una noble patricia itálica en realidad ejerció como Emperador pues como sabéis desde Teodosio y salvo Mayoriano los Emperadores Romanos delegaban gran parte del poder en "validos" sobre todo en cuestiones militares de las que no entendían.
Los últimos grandes militares de Roma fueron Estilicón un bárbaro foederati que derrotó varias veces a Alarico conteniendo las invasiones bárbaras: victorias de Fiésole, Verona etc y Flavius Aetius que logró estabilizar un imperio en proceso de derrumbe y prolongar su agonía.
Cuando ya todo estaba perdido surgió Mayoriano que fue la última oportunidad del Imperio Romano Occidental pues la otra parte como todos sabemos resistió muchos mas siglos.
De estos tres personajes el mas interesante sin duda es AETIUS apodado "el último romano" ya que Estilicón aún disponía de fuerza aunque muy mermada respecto al antaño gran ejército romano y Mayoriano estaba prácticamente condenado al fracaso pues casi no tenía ninguna fuerza propia.
Durante el valimiento de Aetius los hunos se presentaron con una fuerza y un poder muy superior al de Roma aunque lo de acabar con Occidente es algo muy discutible pues vean vds que los mongoles que conquistaron China no acabaron con dicha civilización.
Pienso que los hunos aun siendo ajenos a Roma casi por completo se habrían sin duda romanizado al igual que los germanos aunque el proceso hubiera sido mas lento.
Sea como fuere Aetius logró hábilmente tejer una alianza con el único poder militar que quedaba en Occidente los foederati germanos y algunas tribus "aliadas" que junto a los escasísimos restos imperiales y a una leva a la desesperada que hizo en Italia lograron parar en la gran batalla de Chalons sur Marne mas conocida como de los Campos Catalaúnicos al temible Atila.
No quiso acabar con los hunos pues según el maquiavelismo romano pensaba en utilizarlos luego contra los germanos que le habían ayudado porque el problema imperial radicaba en que apenas disponía de fuerza propia.
Pero analizar esta cuestión es muy ardua y compleja.
Personalmente pienso que si hubiera sido Emperador en vez de Valido el Imperio quizás en vez de caer en el 476 hubiera caído en el 520 pero inevitablemente estaba sentenciado
Atila y el Pueblo Huno
Los hunos son un pueblo de pastores nómadas que invadieron la Europa del SE hacia el 370 y crearon un enorme imperio en los ochenta años siguientes. (Los heftalitas que invadieron Irán e India en los siglos V y VI y los hiung-nu que acosaron anteriormente China son a veces identificados como hunos, lo que no es del todo seguro). Quizá sean el pueblo llamado en chino xun (los griegos los llamaron jounoi), quizá parte de los hiung-nu mencionados por las fuentes chinas, de familia turca y escritura rúnica. Cruzaron el Volga después del 350, cayeron sobre los alanos (entre el Volga y el Don), ostrogodos (entre el Don y el Dniéster) y visigodos (Dacia) y forzaron el limes romano del Danubio.
Amiano Marcelino (fl. 395) los describe como pastores sin casas ni reyes, dirigidos por jefes de grupo (primates), aparentemente sin un caudillo general aún en el s. IV. Excelentes jinetes arqueros, veloces y decididos, de táctica impredecible, extendieron el miedo por el Imperio. Pactaron con Roma en contra de los germanos de Europa Central y, hacia el 432, tenían un caudillo principal, Rua o Rugila, a cuya muerte (434) le sucedieron sus sobrinos Bleda y Atila (Átila), corregnantes que pactaron con el Imperio de Oriente en Margus (hoy Pozarevac) la duplicación de los subsidios pagados a Rugila.
Atila o Átila, flagellum Dei, rey de los hunos (434-453) es el Etzel de la leyenda de los Nibelungos y el Atli de las sagas islandesas. Dominadores de un extenso territorio, desde el Báltico a los Alpes hasta cerca del Caspio, habían de recibir de Constantinopla 700 libras de oro anuales (unos 300 k). No se sabe nada concreto sobre Atila entre 435 y 439 ni tampoco que el Imperio le pagase lo prometido. En 441, cuando las tropas romanas estaban actuando en el limes tanto oriental como occidental, atacó fuertemente el Danubio oriental, tomando y saqueando muchas ciudades, incluida Singidunum (Belgrado). Constantinopla logró una tregua para el 442 y trajo tropas del Oeste; pero en 443 Atila volvió a atacar: tomó ciudades en el río y se dirigió al interior hacia Naiso (Nis) y Sérdica (Sofía), que fueron destruidas. Camino de Constantinopla, tomó Filipópolis, derrotó a los romanos en todas las batallas y cercó la capital imperial, que no podía tomar con sus arqueros. Puso rumbo a Galípolis, donde estaban refugiadas las últimas tropas imperiales, y las deshizo. Impuso una paz que incluía el pago de los atrasos y su mora (6.000 libras de oro, unos 1.800 k) y la triplicación del tributo anual (2.100 libras por año, unos 650 k). Hacia 445 mató a su hermano mayor, Bleda, y se convirtió en autócrata. Atacó de nuevo en 447, más al E (Escitia y Mesia) que la vez anterior y derrotó a los romanos en el río Uto (Vid), pero con un alto costo en hombres. Devastó los Balcanes y Grecia hasta las Termópilas y en los años siguientes se mantuvo una especie de hostilidad latente entre Atila y Teodosio II, como narra Prisco de Panio (fragmentos de su Historia), que lo visitó en Valaquia, junto a los embajadores romanos del 449. Se concluyó una paz más onerosa para el Imperio que la del 443: el Imperio había de evacuar una ancha franja suddanubiana y grandes tributos cuya cuantía no precisan las fuentes.
Atila entró en la Galia en 451, aparentemente contra los visigodos del reino de Tolosa, que no mantenían contenciosos con Valentiniano III ni con Aecio, con quien Atila estaba en buenas relaciones. Se sabe que, en 450, Honoria, hermana del emperador, le envió su anillo y la petición de que la librase de un matrimonio al que se la obligaba. Atila reclamó a Honoria como esposa y pidió la Galia como dote. Aecio y Teodorico I pactaron una actuación conjunta. Atila intentó ocupar Aurelianum (Orleans), pero los romano-godos se lo impidieron en el último momento. La batalla se dio en campo abierto, en los Campos Cataláunicos (o, en otras fuentes, Mauriacos), de situación desconocida. Teodorico murió, pero Atila, vencido por primera y única vez, hubo de retirarse.
En 452 Atila pasó a Italia y saqueó Aquilea, Padua, Verona, Brescia, Bérgamo y Milán, sin que Aecio pudiera detenerlo. La hambruna y la peste los sacaron de Italia. El nuevo emperador de Oriente, Marciano, interrumpió el pago de subsidios pactado por Teodosio II y Atila iba a atacarle cuando murió en el viaje, durante el sueño. Quemado en una fastuosa pira con su tesoro personal, quienes dispusieron el funeral fueron muertos para que nadie pudiera localizar la tumba. Le sucedieron sus hijos que, reñidos entre sí, perdieron casi inmediatamente el poder huno.
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